Luna de Avellaneda: entre la crisis y el carnaval

Castrillón, Elisa; Ignacio, Lucía; Mazzuferi, Arianna; Vanella, M. Constanza

“¿Cómo se hace un club nuevo?

…Habría que averiguarlo”.

Diálogo entre Amadeo y Román.

Elegimos para nuestro análisis la película “Luna de Avellaneda”, de Juan José Campanella, al ser un claro producto de la cultura de masas que, además, nos resultaba placentero analizar. Esta película fue un éxito de taquilla en  Argentina, donde llegó a tener más de un millón de espectadores.

Se estrenó en el  año 2003 -en plena crisis económica- y por ello, nos preguntamos

 ¿Por qué el público había asistido masivamente a verla en un momento de tanta desesperanza?

La película cuenta la historia de un club de barrio, “Luna de Avellaneda”, que  tuvo su momento de gloria con los grandes bailes y fiestas populares multitudinarias, con miles de socios que daban vida a la institución, y que en plena crisis económica de 2001 se encuentra en quiebra. Los pocos socios deben decidir la suerte del club en dos instancias posibles: venderlo o resistir. El club  está en crisis económica, deteriorado por el paso del tiempo, por sus deudas con  el municipio y los servicios, a punto de desaparecer para convertirse en un casino.  Román, uno de los socios que mantiene activo al club tratará de hacer lo imposible  para que esto no suceda.

La trama se organiza alrededor de distintos personajes e historias, se tomará el concepto de crisis como eje disparador para el análisis, al considerar las  múltiples situaciones en que se hacen presentes.

Desde un primer momento, podemos ver en esta historia el entrecruzamiento de lo intra, inter y transubjetivo. La crisis del país atraviesa lo  institucional, los vínculos de pareja y los vínculos entre los miembros del club.

El club se sostiene a través del esfuerzo a pulmón que realizan sus  miembros, con su cuota, el trabajo, la cooperación y el voluntarismo. Una  institución que requiere un permanente trabajo de sus bordes y reflexión-acción  sobre sus sentidos. Mientras los debates de la  comisión directiva se centran únicamente en cuestiones del orden económico financiero, se desestiman las opiniones de aquellos que no pagan la cuota, Aquiles, su  fundador, les advierte sobre esto “no todo es la cuota”, pero la realidad económica es un acontecimiento que les impone una urgencia y la imposibilidad  de pensar en otras dimensiones.

La situación del club es un ejemplo del malestar que muestran las  instituciones en Argentina desde hace años con la caída del Estado como  institución modelizante frente al mercado. En este sentido, al decir de Ventrici (2001), el abandono de su dimensión de meta institución y su transformación en institución técnico  administrativa, que legisla y regula, devino en consecuencias graves en las demás  instituciones y organizaciones que dependían de él, convirtiéndose en galpones,  espacios ordenados en base a reglas y objetivos autogestionados, que no se  apuntalaban en ninguna posición ni utopía generalizable.

Como plantea Gigena (s/f), lo que a primera vista es un edificio, funciona como tejido donde se entrelazan variables individuales, organizacionales y sociales. El deterioro del edificio y la crisis económica que está sufriendo el club “Luna de Avellaneda”, es un reflejo de este malestar institucional y la crisis que atraviesa al grupo que lo habita.

A partir de este tejido podemos pensar la dimensión grupal, constituída en un modo social de producción de múltiples subjetividades, siendo recreada o reproducida por él, en su paso por los grupos e instituciones. 

Así, Ana Maria del Cueto (2003) habla de Procesos Disipativos designando  de esta forma lo azaroso, no lineal e impredecible del suceder grupal. Los grupos  así entendidos son procesos en movimiento, productivos y productores de  subjetividad. Pensando en Dalma, la niña bailarina, se podría reflexionar  sobre la función del club como espacio subjetivante.

Es posible observar, además, el valor acontecimental que tiene la escena en  que Roman se sensibiliza con el baile de Dalma, vecina del barrio a quien el club  la había acogido dándole la oportunidad de pertenecer, de vivenciar lo que otras  niñas sí podían, tal vez sólo porque las desigualdades sociales la dejaban por fuera  de ese espacio.

Hablamos de acontecimiento en el sentido de aquellas escenas donde algo  nuevo se presenta, marcando la diferencia en el orden de lo que venía  sucediendo. La afectividad de los personajes expresada en sus rostros, dan  cuenta de lo imprevisto, de lo sorprendente, de lo disruptivo que allí se pone en  juego. Esto marca, citando a Badiou (citado en Colombres y otros, 2001), que el  acontecimiento es aquel suplemento azaroso de la situación que se llama  encuentro.

En relación con lo anterior, Kaës (2010) nos explica que el grupo es un  medio de realizaciones psíquicas, el lugar y escenario de externalización de  objetos y procesos del mundo interno de los sujetos. Para Anzieu (citado en Kaës,  2010) es un medio de realización alucinatoria de los deseos inconscientes,  también de dependencia, defensa y protección. Dónde se participa de ideales  comunes e ilusiones y el lugar de estructuración de las identificaciones.

El grupo posibilita, pero no per-se, el desarrollo de las potencialidades de  cada individuo, del propio grupo y de la institución a la que pertenece. Se  constituye en un espacio intermedio estratégico en donde operan las  subjetividades sociales-históricas, individuales e institucionales. Está en este  sentido “más allá” de la simple repetición.

Continuando con nuestro eje de análisis, también se presentan otros vínculos  y sujetos en crisis. A nivel intrasubjetivo en Román, a raíz de los conflictos del club  y su pareja, se infiere que comienza una crisis de identidad, que sus amigos lo  remarcan al decirle “que va a ser de vos cuando no esté el club”, reflejando la  posible pérdida del lugar de “el mejor amigo, el más admirado y más querido”, y el lugar el cual pertenece desde su nacimiento.

Se observa una crisis interpersonal entre Roman y Amadeo, quienes comparten al club como un lugar significativo. Román se resiste completamente al cambio y recién cuando hay un movimiento en su vida personal, puede pensarlo en y con el  club. A diferencia de Amadeo, que propone un cambio en el club para que haya un movimiento en su vida personal. Cada uno a su tiempo, intenta crear y pensar en algo desde lo desconocido e inesperado.

La postura de Amadeo en relación a la venta del club, como también la idea  de Roman de irse del país, dejan en claro una movilización a niveles narcisistas  que remueven angustias de no-asignación, de pérdida y desposesión de vivencias  más primarias en relación a sus historias (Cincunegui y Chebar s/f).

Pensando en la crisis familiar, entendida como la define Sara Amores (2000), es el cambio brusco y decisivo en el curso de un proceso que perturba los  mecanismos de regulación, que se pone de manifiesto en la familia de Román,  Verónica y sus hijos en distintas modalidades.

La película muestra una superposición de varias crisis que se desarrollan en el seno familiar, aún cuando la más relevante parece ser la del vínculo de pareja. En este sentido, se observan crisis referidas a los ciclos vitales (por ejemplo, el crecimiento de un hijo que lleva a la  búsqueda de su independencia y el deseo de irse del país), crisis por las ideas, los modos generacionales, crisis de los adultos por el cuestionamiento y reflexión  sobre su propia vida, en las cuales su resolución parece dificultosa.  

Al estallar todas juntas, se puede hipotetizar que hace tiempo están presentes por la modalidad conservadora de tramitación, llevando a transformaciones radicales, como la separación de la pareja, el enojo con el hijo,  el desborde familiar que rompe hasta los espacios adentro-afuera.

     Se muestra nuevamente el atravesamiento  transubjetivo cuando Román quiere comprar un perfume y flores para recuperar el amor de su pareja, viéndose limitado por no contar con dinero, podríamos decir que el romanticismo también estaba en crisis. Entonces pensamos, ¿Qué implica esto en la pareja y cuál es su impacto?

Para concluir, y retomando lo dicho desde comienzo del trabajo, podemos  ver cómo la situación contextual y epocal, que se presenta como acontecimiento, magnificó las crisis que venían sucediendo, interpelando las subjetividades.

Como parte de nuestra reflexión final, nos preguntamos ¿a qué refiere el  “siga el baile”?, ¿quién dejó de bailar?, ¿qué bailes se bailarán? ¿Si se bailaba  flamenco, que remite a la historia de los creadores del club, no será momento de  introducir otros bailes, nuevos escenarios? Otro/s devenir/es.

Desde lo compartido y puesto en común, pensamos que este espacio de la formación, nos ha encontrado con distintas sensaciones, sentires, momentos, identificaciones, como así también intereses y expectativas. Por sobre todo, y  remitiéndonos a nuestro eje de trabajo, nos ha puesto en crisis con el bagaje teórico que traíamos y con las prácticas, los modos de aprender, donde lo virtual, como encuentro, irrumpe y es novedoso.

Tal vez aquello que pensábamos que era de una determinada manera,  puede ser que no lo sea o mejor dicho es una de tantas, apareciendo la  complejidad en sus múltiples expresiones.

Intentando responder a nuestra pregunta inicial, hipotetizamos que la película “Luna de Avellaneda” permitió tramitar la crisis económica de 2001 desde lo artístico, como también lo expresaron otras manifestaciones artísticas, como ser: los grafitis, las historietas y las canciones, que intentan cuestionar lo  “sabido”, para modificar, agregar, repensar desde otro lugar a construir, apuntalándose en lo grupal. Producciones donde pareciera que se expresa más en la forma de gestos e imágenes que con palabras y manifiestos.

Esto visibiliza la importancia del arte (de las artes) no sólo pensada como un bien cultural, sino como medio posibilitador de nuevos imaginarios y paradigmas sociales, a través de su carácter transformador. Así, como relata Bang y Wajnerman (citado en Creatividad y Sociedad, 2013) poder imaginar colectivamente otros mundos posibles, y crearlos junto a otros en un primer ensayo ficcional del cambio potencial. Esto convoca a poner el cuerpo en la transformación, la imaginación en acto al encontrarse con otros, para comenzar colectivamente a pensar y sentirse sujeto activo de transformación de esas propias realidades, creando una posibilidad de cambio y construyendo una confianza colectiva en esa posibilidad.

Pensando en transformaciones, en posibilidades, y ante todo lo dicho se nos ocurre, que palabras como: movimientos, dinamismos, aperturas, devenires, como así también confusión e incertidumbre, reflejan estas instancias de deconstrucción y de creación, que sentimos estar transitando desde el primer momento de formación junto a nuevas melodías y nuevos bailes.

“Arde la ciudad, llueve en tu mirada gris, la gente festeja y vuelve a reír.

Pero este carnaval, que hoy no te deja dormir, mires donde mires ella está ahí.

La vida siempre es así, te da y te quita por nada.

Y aunque estés solo, sin corazón, ahora tenés que seguir la función”.

(La Mancha de Rolando, 2004)

Bibliografía.

∙ Amores,S.(2000): Clínica del niño y su familia. Pto. Crisis familiar ( pág. 23  a 26). Bs. As. Ed. Distal.

∙ Bisotto de Sevilla, A. (2007). Introducción. Relaciones pasionales-relaciones  de poder. Pag. 83-88. En Infidelidades en la pareja. Moscona,S. Comp.  Buenos Aires. Lugar Editorial.

∙ Circunegui S. y Chebar N. (1996) El Encuadre de la Pareja Matrimonial. En  La Pareja: Encuentros, Desencuentros, Reencuentros. Puget, J comp.  Buenos Aires. Paidós.

∙ Colombres y otros. (2001) El encuentro en la Pareja: Un acontecer vincular.  Acta de Jornada Anual Teórico Clínica de APCVC. Córdoba. ∙ Del Cueto, A. M. (2003): Cap 1 Los grupos, en Grupos, Instituciones, y  Comunidades. Coordinación e Intervención Lugar Editorial. Bs As. ∙ Gigena, M: ”Institucionalizaciòn” Síntesis artículo Poggi – Frigerio. ∙ Kaës, René (2010): Un singular, plural. El psicoanálisis ante la prueba del  grupo”. Cap 1 El problema epistemológico del grupo en psicoanálisis pp 60- 65. Amorrortu /editores. Bs. As.

∙ Kaës, René (2010): Un singular, plural. El psicoanálisis ante la prueba del  grupo”. Introducción. Cap 6 Formas y procesos de la realidad psíquica del  grupo. Amorrortu /editores. Bs. As

∙ Kaës, R. (2014). ¿Qué puede y qué no puede hacer el psicoanálisis frente a  la desazón (malêtre) contemporánea? Revista de AAPPG Vol. XXXVII.  2014. Bs. As..

∙ Moscona, S. (2007) ¡Quiero saber la verdad! ¿Quiero? Pag. 19-41. En  Infidelidades en la Pareja.Moscona,S. Comp.Buenos Aires. Lugar Editorial. ∙ Spivacow, M. (2005) Clínica Psicoanalítica con Parejas. Pag.142-143.  Buenos Aires. Lugar Editorial.

∙ Spivacow, M. (2011) El sujeto y el otro. Lo Inconsciente y el partenaire.  Cap.II. Pag 64 a 67. La Pareja en Conflicto. Buenos Aires. Paidos.

∙ Ventricci, G.(2001)Interrogaciones acerca de los malestares institucionales  actuales.Revista AAPPG 2 XXI).

Arde la ciudad, llueve en tu mirada gris

La gente festeja y vuelve a reír

Pero este carnaval, que hoy no te deja dormir

Mires donde mires ella está ahí

La vida siempre es así

Te da y te quita por nada

Y aunque estés solo, sin corazón

Ahora tenes que seguir la función

Luna de Avellaneda: entre la crisis y el carnaval
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