Vicisitudes de la función analítica en el trabajo con familias violentas

Lic. Dino Bartolacci

Al abordar el trabajo con un grupo familiar muchas veces somos puestos a prueba de múltiples maneras, y al ejercer nuestra función resonancias diversas contribuyen a la polifonía del discurso que allí se constituye. Por un lado, las voces de los diversos agrupamientos que han contribuído a la formación ( y deformación) del grupo consultante. Por otro, las que han influído en nuestra propia constitución psíquica. Se entrama entonces, un espacio transfero-contratransferencial, aportante potencial de sentidos que es preciso descifrar.

Pero no todo es repetición, no todo ha sido cifrado y las palabras no pueden dar cuenta exhaustiva de los afectos circulantes. Nos ubicamos entonces en el territorio del acto. Este puede constituir un camino para la deriva pulsional tanática, pero asimismo, puede ayudarnos si podemos hacer de él, en tiempo y forma, un instrumento eficaz de corte, para lograr un mejor equilibrio pulsional. Es posible así que este límite genere mejores condiciones para el advenimiento de actos y palabras nuevas, creativas, acontecimentales.

Los que llegan…

Hago pasar a los miembros de una familia – siete en total-  derivados a tratamiento familiar por el psiquiatra que atiende al hijo mayor. Francisco, el padre, se sienta frente a mí y dice: “esto es un poco de rutina, el psiquiatra que atiende a Esteban recomendó terapia familiar… yo he sido criticado… en mi primer matrimonio, A. (la ex esposa) se suicidó cuando Esteban tenía seis años, Julia cinco y María, cuatro. Después de cuatro años, tenemos a Martina y Josefina.” Sigue en el uso de la palabra con un matiz monológico, que Esteban interrumpe calmadamente, diciendo: “sería conveniente que predominase la isegonia (¿?)… Ante la actitud intrigada de algunos, aclara que significa igualdad en el uso de las palabras, y mirándome, agrega: “¿esta es una terapia alemana?» Algo sorprendido, respondo que la idea es constituir un grupo de investigación sobre la vida de ellos…Esteban responde: “yo no estoy de acuerdo con esa denominación…preferiría terapia”.

Retoma la palabra el padre haciendo una descripción de las distintas experiencias terapéuticas y de los síntomas de Esteban (lo metieron preso por tocarle  el culo a una chica …le quemó el pelo a alguien…) 

Julia : “se sintió perdido, lo fuimos a buscar, lo medicaron, hubo una internación domiciliaria…”

Francisco: estuvimos en el “Neuro”.

Esteban: no se estableció una terapia domiciliaria. Me cortaron las piernas… sin embargo, obtuve algunos beneficios…En la familia no se usan bien las funciones… Abusos…

Francisco: del hospital a casa … bien. En los últimos tiempos hubo otros episodios. Yo lo cuido porque lo amo…

Relatan que Esteban y María viven en un departamento. 

Esteban: yo me fui primero

Susana ( segunda esposa de Francisco) : muy audaz! faltaban cosas…

Francisco: otras se deterioran…

El terapeuta piensa : “algunas cosas faltan porque no han podido constituirse…otras no han podido transformarse en cuestiones”

Susana: yo no soy la madre pero los elegí… un lugar que la madre había dejado… quise construir sobre las ruinas…( sigue un discurso con profundas connotaciones religiosas).

……………………………….

Esteban: creo que éste es un espacio válido… Francisco organizó un boicot político, mis tías, a las que quiero mucho, dijeron otras cosas… enfrentamientos, nosotros éramos chicos… hicimos viajes tortuosos, viajamos con un perro… yo veo que el amor puede más, hay un conflicto solapado… mi problema es familiar e individual, al fin llegó este espacio… yo no quiero ser el punto de excitación ni de rigidez.

Francisco: cuando A. estaba en una terapia, vino la tía, fue ella la que por un mandato del padre, la vino a buscar… para ir a pasear con los tres hijos… después me hablan, diciendo que no iban a volver más.

Susana: no tenemos relación con ellos… hacela mas corta, te culpan a vos!

Discuten a continuación cuántos otros miembros de las familias deberían hacer terapia.

Terapeuta: viendo que las cosas son más complejas, discuten los límites de las familias, las implicaciones recíprocas y las cosas a trabajar.

En la segunda entrevista, Susana dice: vengo amargada por una escena violenta que se dio entre Julia y Josefina. Se pelearon por la comida, se insultaron, y Julia le tiró el celular en la frente. ( el padre, que está en un rincón hace un gesto como de restarle importancia)

Josefina: (al padre) y cuando era chica, me pegabas…

Esteban: a mi me castigabas; tenía que decir en la escuela que me caía de la bicicleta. Los G. (familia materna) dijeron que A. se fue al cajón con muchos golpes… también le pegaste a Susana.

Susana: hace gesto de extrañeza: ¿yo?… no sé… me habré olvidado.

Esteban: te he visto sangrando.

Intervengo señalando que parece haber en el grupo algunos que recuerdan mucho y otros que no quieren o no pueden recordar, y ese es un elemento que los divide profundamente…

Francisco: ¡no hemos venido acá a recordar lo que pasó en los últimos veinticinco años!… pero si hay que blanquear… 

(Mientras Julia llora con desconsuelo, Francisco se pasa el pañuelo por los ojos, y se lo pasa a ella…) 

Terapeuta: al  notar la afectación e insinceridad en los gestos y expresiones de Francisco le dice que su discurso es “esquivo y descalificador” ( palabras que Francisco había usado para describir la actitud de Esteban)

Francisco: (reaccionando violentamente) ¡Qué sabe Ud!… ustedes… ¡yo soy el creador de esta familia!… pude haberlos abandonado… (se incorpora amenazadoramente en el sillón)

Terapeuta: quédese en  su lugar …y use las palabras… (y seguidamente) es  la hora y es suficiente por hoy…

 En el siguiente encuentro, inician así la sesión:

Susana: cuesta empezar hoy (el terapeuta había pensado que tal vez no volvieran…)

Francisco: No. No cuesta empezar…hay que seguir.

Susana: ¿y por dónde?

Francisco: (dirigiéndose  a María que había estado ausente en la sesión anterior) te hago una síntesis y seguimos: Esteban dijo que fue maltratado y el lic. marcó que yo fui violento con él…

Terapeuta: (piensa que de nuevo está “blanqueando”, tapando) fueron varias las agresiones descritas por los hijos…

Esteban: La violencia se ha naturalizado…

El material clínico nos cuestiona la  supuesta neutralidad del analista, su implicación afectiva y la necesidad  imperiosa de evitar la caída en el territorio de la involucración, que haría de los pacientes un objeto de goce.

En cuanto a la intervención del analista de dar por finalizada la sesión y de prescribir el uso de la palabra, cortando la emergencia del acto agresivo, da lugar a distintas consideraciones. La manifestación del padre de “seguir por donde habíamos dejado”  remite a un probable efecto simbolizante sobre aquello aún no “duelado” por el grupo familiar, aunque aparezca una intención contraria que se expresa en las distorsiones discursivas. 

También se puede pensar que es efecto del encuentro, la potencial emergencia de una actitud nueva, apuntaladora de una  significación “otra”. Siguiendo a Badieu, pensamos que es en los puntos de inconsistencia de las estructuras, donde aparece lo novedoso. Allí puede instalarse la función analítica, que no atendería sólo al desciframiento, sino que, en una inmanente posición de “fidelidad” impide el cierre y el retorno a las antiguas a las antiguas legalidades.

Las intervenciones del paciente designado (Esteban) nos acercan nuevas claves para interpretar la realidad congelada. O Susana, con su vacilación entre recuerdo y olvido, abre paso a lo conjetural, poniendo en jaque el discurso sagrado del “creador” de la familia.

Recordemos que la palabra alemana agieren que Freud utiliza para referirse al acto, ha sido traducido como acting out por la Standard Edition, Laplanche sostiene que “repetición y recuerdo son los dos modos contrastantes de traer el pasado al presente”. El trabajo del psicoanálisis es privilegiar la emergencia de lo primero. Lacan acuerda con esta posición freudiana, pero señala que no se prioriza la dimensión intersubjetiva del recuerdo. Diferencia, asimismo, el acting out del pasaje al acto. El primero es un mensaje cifrado, dirigido a otro, sin que caiga una actitud esperanzada en torno a la decodificación del mensaje. En el segundo, en cambio, ésta ha caído. Algunas formas de suicidio constituyen una muestra radical de lo mismo.

Por otra parte, sostiene Lacan que los analizantes atribuyen al analista no sólo un supuesto saber, sino también un supuesto desear. Y este deseo debe tener un solo fin, que llegue el fin de análisis y que los analizantes puedan dar cuenta de su propio deseo. Esto abre la posibilidad de operar no sólo como salvaguarda frente a tanatos, sino una via regia al inconciente.

En el caso considerado, donde se expresan formas extremas del sufrimiento, es posible que debamos compartir, con plena afectación, un recorrido emocional-representacional: del vacío a la cosa, de la cosa a la palabra, de la palabra a la significación.

Es necesario, acaso imprescindible, que todos los participantes del proceso terapéutico, nos posicionemos como sujetos en cuestión. El eje azar/determinación debe ser reexaminado de manera continua. No es vano recordar aquí a Prigogine, quien sostiene que la ciencia debe discurrir por el camino del medio…ni en un determinismo absoluto ni en caos arrasador. 

La vida del humano se sostiene permanentemente en redes afectivas significativas en continuo devenir. El trabajo con las mismas, en el interior de las mismas, es el norte de nuestro quehacer en los dispositivos grupales.

Bibliografía:

  • Evans, Dylan: Diccionario introductorio de pensamiento lacaniano, Paidos, 1997.
  • Gomel,S.; Matus,S. : Conjeturas psicopatológicas, Psicolibro ed. 2011.
  • Laplanche y Pontalis: Diccionario de Psicoanálisis. Ed. Labor, 1971
  •  Moreno, Julio: ¿Hay lugar para lo indeterminado en Psicoanálisis? En Clínica Familiar Psicanalítica, Paidos, 2000.
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